En el Señorío siempre ha habido truferos naturales, sin embargo con la sobreexplotación, los tiempos cambiantes en cuanto a meteorología… ha hecho que proliferen las plantaciones truferas como un medio de vida complementario en estas superficies despobladas de la península.
En Molina de Aragón ya hay más de 100 personas asociadas, pero no todos con plantaciones a pleno rendimiento. Una encina o roble micorrizado suele tardar entre 6 y 10 años en producir trufa, por lo que las plantaciones deben plantearse a medio plazo y ser paciente, ya que la rápida querencia de conseguir este oro negro puede ser contraproducente, ya que sí, puedes recoger trufa de árboles, en los últimos años, los estudios aconsejan dejar cierta madurez en las plantaciones. Por hacer una analogía, es como cuando en tiempos pasados las niñas eran forzadas por alianzas matrimoniales a ser madres a muy corta edad, el deterioro del cuerpo se hacía evidente a corto plazo, pues bien, lo mismo pasa con las plantas, no se puede forzar, por lo que se aconseja tener un mínimo de 10 años para tener una producción adecuada.
Es cierto que ahora toca mejorar el producto, la tuber melanosporum, y hay zonas de España, en concreto Teruel y Soria, donde llevan algunos años de ventaja, pero ha llegado el momento de poner en el mapa el Señorío de Molina de Aragón, y que se apueste sin titubeos por la trufa negra, tanto a nivel gastronómico como a nivel económico para la zona, así como un imán para atraer el turismo. En este contexto se llevan varios años empujando la iniciativa de la Feria de la Trufa de Molina de Aragón, que este año, en concreto el 24 de febrero, hizo la 9ª edición, y donde se ha involucrado en la iniciativa a más de una decena de establecimientos hosteleros, tanto en la preparación de platos como de tapas con este delicioso manjar aromático, la tuber melanosporum o trufa negra, y que se ha complementado con otro tipo de actividades como conferencias especializadas.
Es cierto que la trufa negra es uno de los productos naturales más caros de la gastronomía, pudiendo alcanzar un precio de entre 400 y 800 Euros el kilo, sin embargo no nos tenemos que quedar con el precio, si no con las posibilidades que ofrece el producto en la cocina, ya que con una pequeña cantidad de trufa se consiguen resultados culinarios inigualables.
