La trufa negra sólo surge en áreas muy concretas con una serie de factores ecológicos específicos que condicionan su aparición. De manera natural, la Tuber melanosporum es autóctona del sur de Europa (Francia, Italia y España), y además, es un tipo de hongo que necesita unas condiciones muy especiales para su crecimiento: un tipo de terreno específico y unas condiciones climatológicas especiales.
El mercado manda y, ante escasez de oferta subirán los precios. A parte del juego básico de la oferta y de la demanda, existen otros factores que también influyen en el precio de este preciado manjar: la estacionalidad del producto (la temporada de trufa negra se concentra de noviembre/diciembre a marzo) y la dificultad en su recolección.
Difícil recolección. El trufero ha de pasar por las truferas periódicamente, para poco a poco ir recogiendo el fruto maduro. Además, la trufa está bajo tierra, y por tanto, el trufero ha de ayudarse de un perro amaestrado, que le ayude a detectar la trufa madura.
El precio de la trufa es tremendamente oscilante e incluso tiene grandes variaciones de una temporada a otra.