La trufa negra fresca es un producto en fresco, y por tanto perecedero, con una vida útil máxima estimada de 8-10 días desde su recolección. Entendemos por vida útil, al periodo de tiempo en el que la trufa mantiene sus características de aroma y sabor de forma óptima para su consumo.
Los entendidos en la materia, tienen diversas opiniones acortando o alargando el plazo antes indicado, pero lo cierto es que no se debe consumir el producto en fresco por encima de este plazo establecido.
En cualquier caso, cuando la trufa llegue a tu domicilio, ha de ser conservada en el frigorífico a una temperatura aproximada de 2 ºC. De este modo, se mantendrá en mejores condiciones.
Esta variable tan complicada, es para Trufas del Señorío, la verdadera piedra angular de su estrategia. Nuestro valor diferencial es la duplicidad de la vida útil de nuestro producto.
Es decir, conseguiremos que nuestra trufa conserve sus características de aroma y sabor de forma óptima hasta un total de 30 días; es decir,doblamos lo que tradicionalmente «vivía» una trufa.
¿Cómo lo vamos a conseguir? Trufas del Señorío ha sido asesorado por el investigador de la Universidad de Zaragoza, Pedro Marco Montori, Licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, que ha realizado y realiza trabajos de investigación relacionados con la trufa, y que ha publicado estudios facilitando las indicaciones para conseguir realizar las labores de limpieza y conservación en la trufa.
Antes del trabajo de Pedro Marco Montori, ya se habían realizado diversos estudios relacionados con la vida útil de la trufa, y de hecho, se abrió una línea de investigación en el INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria), facilitando todo el proceso de limpieza, desinfección, secado, protección y envasado mediante atmósfera modificada, que permite que la vida útil de la trufa se alargue hasta casi 30 días.
Dado que este proceso YA ESTÁ TESTADO CIENTÍFICAMENTE Y FUNCIONA, es el procedimiento que Trufas del Señorío utiliza, permitiendo que, al final de todo el proceso, el cliente recibe una trufa que mantiene sus cualidades aromáticas perfectas hasta 12 días después que cualquier otra trufa y que puede ser consumida hasta 30 días después de su recolección en un excelente estado de conservación.