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Conservación de la trufa negra

El frío es muy importante para la trufa, ya que con el calor las trufas pierden todos sus aromas.

Se recomienda para guardarlas en el frigorífico, limpiarlas de impurezas/tierra con agua fría y un cepillo y  posteriormente secarlas bien, hay quien usa un secador de pelo de aire frío. Si su consumo no va a ser inmediato, todavía puede conservarlas durante 10 días aproximadamente en la nevera, en un recipiente de cristal, no hermético para que la trufa respire, o bien en recipiente hermético, aireándolo de vez en cuando. Se recomienda envolverla en papel de cocina y cambiar el papel cada 2-3 días.

La trufa también se puede congelar, sabiendo que la trufa congelada pierde aromas y texturas y que la mejor forma de utilizarla es rallándola en los alimentos sin descongelar.

Otra forma de conservación tradicional de la trufa es hacerlo en brandi o en aceite, que aunque pierden algo de aroma, permitirá que se conserven en el tiempo